sábado, 24 de febrero de 2007

Las Cascadas Mágicas de Copalitilla

Una aventura turística con un paisaje de Ensueño

*.- Las mariposas se posan en los visitantes
*.- Un estanque del edén oaxaqueño
*.- Una comida mexicana sin condimentos


Oscar Treviño Jr.
Oaxaca, México.- "Las Cascadas Mágicas de Copalitilla", un nombre demasiado atractivo que parecía no superar las expectativas creadas por 14 personas para un mundo de aventuras.
Un tour de 350 pesos en el que se incluía la comida estilo rancho, nos esperaba a 14 personas que en esos momentos nos conocimos: estado de México, Puebla, Oaxaca y Tamaulipas.
Desde el hotel Rambo en donde me hospedaba en "La Crucecita", Huatulco, Oaxaca, llegó la camioneta Suburban.
Otra vez a "mochiliar" -como le llaman allí a quien carga su mochila-
El rancho Copalitilla donde están las cascadas se halla en un núcleo rural Copalitilla, perteneciente a la cabecera municipal de San Miguel del Puerto, en el distrito de Pochutla.
Para llegar desde Santa Cruz Huatulco se toma la desviación hacia el norte, siguiendo luego hacia el poblado de Piedra de Moros, atravesando los poblados de Arroyo Súchil, Cuajinicuil y La Hamaca hasta el río Copalita, donde comienza el ascenso en un tramo de terracería, con pendiente más pronunciada, de aproximadamente 20 kilómetros.
Esta ruta tiene una distancia aproximada de 52 kilómetros.
La otra opción nos contó el chofer consiste en tomar la carretera federal número 200 desde Santa Cruz al entronque de Xadani, continuando por la desviación de terracería hasta llegar al poblado denominado La Ceiba, después de atravesar Santa María Xadani.
Más adelante, rumbo a San Miguel del Puerto, se pasa a un costado de la finca La Gloria, y se avanza hasta llegar a Copalitilla.
Esta ruta tiene una distancia aproximada de 62 kilómetros.
EL TRAYECTO
La ruta por el Parque Nacional es esplendida carretera con el bosque por ambos costados.
La recomendación fue: "lleven dos litros de agua y refrescos por si sube la presión".
En el trayecto intercambiamos experiencias de nuestros estados, cuyos monólogos a veces se detenían para observar el verde follaje.
Enseguida tomamos las veredas en donde vimos casas rústicas, tanta humildad que a veces nos apretujaba el corazón.
Julián, el chofer empezó a recitar:
- "Estos son los árboles que dan los plátanos, se llama platanar".
mis compañeros de viaje comenzaron a exclamar sorprendidos:
- ¡Ahh… dan plátanos!
- Estos son los árboles que dan la piña.
- ¡Ahh, piñas! -casí decían al unísono-, mientras los de Oaxaca y un servidor los mirábamos sorprendidos porque los frutales son muy conocidos..
- Estos son los árboles que dan papayas.
- Ahh ¡papayas~! -otra vez la exclamación-, y salían a relucir las cámaras fotográficas.
No pudo evitarlo... fue involuntario: ¿bueno, que nunca han visto un árbol de frutas?
- ¡No! -respondió el del estado de México-, allá no vemos nada de eso, solo edificios y casas de material.
- Pues, ¡lo que lleva el chofer debajo de la nariz se llama bigote! Y brotaron las carcajadas.
SON AMABLES CON EL TURISMO
En el trayecto pasamos iglesias, iglesias y más iglesias de los pueblos, arroyos pequeños, árboles de eterna altura y breves humaredas porque casi era medio día.
A la estreches del camino aparecían los niños, como gnomos brotando de los hongos con sus bolsitas de café, jugos de naranja y chocolate.
Acordamos por unanimidad comprar al regreso de ver las cascadas.
Todos ellos conocen el valor de una sonrisa. Niños y adultos sonríen al ver los vehículos.
Como el slogan del hotel Rambo: "Somos amables con el Turismo".
Pudimos ver los cafetales, las plantas del café tiernas y otras a punto de madurar: obvio, los del estado de México cortaron las pequeñas bolitas desde la ventanilla como recuerdo de su aventura..
El camino a pesar de la belleza el bosque comenzó a hacerse eterno, seguido por un coche de turistas que no sabían el camino pero con la certeza de que nuestro guía lo conocía perfectamente.
Llegamos a un puente para estirar las piernas, el riachuelo corría sonriente al lejos los árboles que simulaban venados, jirafas, pero se ve con un poco de imaginación, como decía el guía y yo vi hasta elefantes y cervatillos".
El camino es a veces sinuoso, curvas y curvas, bajadas y subidas interminables.
Posteriormente llegamos a la entrada, una espantosa puerta de madera con un cartelón igual en condiciones lastimosas "Cascadas Mágicas" -¡ya valió!-
La entrada tiene un costo de 50 pesos, aunque para nosotros ya iba incluido en el tour. De nueva cuenta bajadas y subidas, curvas, curvas y curvas ¡estoy hartooo!
EL VALLE DE LAS MARIPOSAS
Por fin llegamos, el guía dice que hay que usar o traje de baño o pantaloncillo corto y lo mejor:
"Luego del paseo aquí vendremos a comer, lo que se come en los ranchos les va a gustar".
El descanso es una instalación de palapas y techos en deplorable condiciones. Mientras la gente se cambiaba de ropa, el suelo estaba húmedo.
Y de pronto allí estaban: mariposas multicolores de todos tamaños. Nos hipnotizaban.
Los cinco menores de edad y yo fuimos a verlas, podíamos tocarlas y los caprichosos insectos se posaban en nuestro cuerpo.
Desconozco cuántos minutos pasaron, porque el tiempo se detuvo, en la palma de mi mano se posaron cuatro mariposas, ni como sacar la cámara.
Julián, el guía lanzó un grito: “ya han perdido tiempo, todos a las cascadas”.
Una señora de 81 años, acompañada por su hijo Francisco -el del estado de México-, mientras su esposa y sus hijos ya iban por el sendero, con el resto de nuestros compañeros.
La dama de la tercera edad tomó su paso seguido de nosotros los últimos. Tal vez por la lentitud pudimos observar el sendero, rodeado de árboles.
Las ceibas nos arropaban, descuidadamente los árboles de aguacate dejaban caer sus frutos; bejucos, lianas y crotos, otras plantas difíciles de identificar.
Aparecían cangrejos, ardillas y entre el verdor del bosque enormes mariposas azules, azules, que nos maravillaban y nos seguían confiadas.
CASCADAS DE COPALITILLA
A veces las rocas se oponían a la profanación del hombre, pero mateniamos nuestro curso a pie entre la oscuridad de los árboles, mientras los rayos del sol nos buscaban.
Casi sin darnos cuenta aparecieron las cascadas y Dios, era un oasis, la espera valió la pena.
Las cascadas se forman del río Copalitilla forma, al descender por las rocas de diversos tamaños que abundan en su curso.
Primero las fotografías y la señora de la tercera edad, se sienta cansada en una banquita de madera y a su lado infinidad de ropa de todos los paseantes. Un armario natural.
Algunas carteras en el suelo -nadie toma nada que no sea suyo-, patas de rana, visores, anteojos para sol y graduados, entre otros artículos esparcidos.
En el lugar hay una gruta se encuentra una cascada que tiene una caída libre de 4 metros y un desarrollo aproximado de 30 metros, formándose cinco pozas en el trayecto.
Las cascadas más bellas y vistosas son "El Chorro", que tiene una caída libre de 25 metros, y "La Grande", que se despeña desde 20 metros de altura, es allí mismo pero en otra ladera conocida como Llano Grande.
Tal altura hace de estos sitios ideales para la práctica del descenso en roca.
En su caída estas bellas cascadas forman repito pozas, algunas de profundidad considerable, donde puedes nadar y refrescarte.
La gente coloco una liana, una se balancea surcando el aire -los que pueden levantar los pies- y luego al agua.
PATOS AL AGUA
Al llegar a las cascadas uno llega sumamente sudado que lo único que desea es refrescarse con el agua.
Pero, ¡Oh Dios! que fría esta, bastante helada. El piso es de piedras en ocasiones filosa.
Cuando uno esta dentro del agua no deja de castañear los dientes de lo espantosamente frío.
Y ahí nos tienen a todos temblando entre el agua, por lo que se tiene que mover rápido para evitar esa frialdad.
Llega el cansancio y otra vez como los esqueletos rumberos ¡a temblar!
Estuvimos mucho tiempo pero tal parece que se hace corto, muy corto. Un masaje natural en la cascadas como dicen los guías que llevan distintos turistas -pero que el masaje, pega muy fuerte-.
EL SHOK DE LA COMIDA
¡A comer como en el rancho! y todos regresamos lo más rápido. El lugar al aire libre es el comedor.
Apenas nos empezaron a servir la comida y allí tienen a las moscas ¡que insectos tan molestos!, que batalla.
De inicio nos sirvieron una sopa de coditos, pero ¡que coditos! No tenía ni pimienta, ni comino, ni tomate, ni knortomate, ni knorsuiza, ¡bueno ni sal!
Más bien era agua hervida con lo la pasta de coditos, ni siquiera estaban dorados en manteca de puerco o ya de perdido en aceite marca 1,2,3.
Uno de nuestros compañeros preguntó ¿esto comen en el rancho?...Fui el único que protesto: "¡Que fea sopa!"
Otro de Puebla que llegó tarde, al ver la comida que ya estaba en su lugar la prueba y exclama: ¡que riquísimo sabe esto!
Enseguida sirvieron un tazón para todos con frijoles negros -¡gulp!-, sin sal, luego otro tazón de arroz blanco, sin ningún tipo de condimentos. ¡Era una masa viscosa!
Luego una tortillota de maíz, una quesadilla con otra tortillota, luego el tazajo, que es como carne de res blanda, asada, pero solo con sal ¡es que así comen aquí! -comentaron-.
El platillo fuerte consistía en barbacoa de pollo enchilado aromatizado con hojas de aguacate -sabor bastante raro, no acostumbrado- y las clásicas jarras de agua de horchata.
Ya una vez cambiados el regreso de compras, que nadie se enteró porque sentados íbamos dormidos. A lo lejos se oía que hablan de montañas, colinas, los arroyos...






Zipolite, la playa nudista mexicana, sol y diversión














*. -La droga es importante
para conseguir europeas


*.- Una "tiendita" ambulante
en la playa nudista

*. - El lugar de gran visión

Oscar Treviño Jr.
En la playa de Zipolite el tiempo se detiene. A cada momento las olas besan las rocas y se oye un rumor delicioso. Las estrellas están tan cerca que casi se pueden tocar con la punta de los dedos.
Zipolite es voz nahuatl significa: "Playa de los Muertos" y no es por otra situación que casi todos los días se registran personas ahogadas.
El olaje es tan fuerte que los "surfistas" a todas horas se pueden observar sobre saliendo como lunares dentro de las espumosas y altas crestas.
Las olas a pesar de su fuerte rumor y su fuerza no terminan por devorar a esos manajares llamados rocas y acantilados.
Zipolite es una playa considerada como nudista por los europeos, pero que a nosotros los mexicanos nos da vergüenza estar desnudos y es por la cultura que recibimos de pequeños.
Los paisajes naturales de Zipolite, son trocitos para hacer postales que fotógrafos, pintores y escultores disfrutan
Los amaneceres dicen que son tan preciosos que parece que viene Dios, pero que en la estancia que estuvimos amaneció nublado, "joer", como dijo una pintora española.
LOS PRECIOS DE LA DROGA
En Zipolite hay una tiendita ambulante compuesta por cuatro personas. Cuando caminaba por la orilla del mar, un joven de una hamaca saludo muy familiarmente.
Al acercarme, de inmediato al grano:
- ¿Cómo está tío?, me llamo Ricardo - hizo el clásico de saludo de chocar las manos y golpear el puño-.
- ¿Qué necesita?
- ¿Qué tienes? –le respondí-
- De todo: mota, cocaína.
- Oye, ¡yo no la consumo!
- No importa -dijo como conociendo el terreno-, deme 100 pesos por un "guato" de mota, pero si quiere coca vale $200, son tres gramos, pero se lo dejo en $150, ¿qué me dice?
- ¿Pero no la uso?
- "Si ya verá que la usará, no la va a consumir, pero le tendrá que dar a la muchacha que saque a bailar y ya verá como se va con usted a hacer sexo en la playa, en una hamaca, en su cuarto, en dónde sea eso lo sabemos todos".
"Si prefiere ir a Pochutla –un poblado a 40 minutos de distancia- allí también hay mujeres, es más por 800 pesos le presentó a una, yo me quedo con 300 y el resto se lo da a la madama".
Pablo, otro de la "tiendita" dio los "tips": mire a la muchacha le invita una "chela" -cerveza- y les da el toque o la coca y ya esta hecho, a las españolas y britanicas les encanta eso, ¡es a lo que vienen!, ¡jalan pero asi! y tronó los dedos.
"A las diez de la noche empieza el bisnes". Enseguida sentado en la arena y cubiertos por una sombrita, otro de la banda, un tipo negrillo, festejaba las ocurrencias de sus amigos.
Sin embargo cuando veía un cliente potencial, se tornaba serio y llamaba con "Ss-ss-ss" a los extranjeros que paseaban por la playa.
Por cierto la arena es un tanto tierrosa, el grano es mucho más grueso que el de la playa Bagdad de Matamoros y más claro que la que hay en playa Del Inglés en Las Palmas Gran Canaria, España.
Si bien no hacía sol por lo nublado se sentía calor, alguien de la banda dijo que estábamos a una temperatura de 32 grados centígrados.
Pablo volvió a manifestar: "¿ya fue a la playa del Amor?
-¿Eso qué es?
- Donde estas los nudistas, unos gordos hippies, todos cochinos, otros con trencitas que se ven feas y unas viejas gordas.
Una noche anterior todos ellos, según dijo Ricardo habían bebido mucha cerveza y "se subieron al avión", por eso no había nadie.
Desde nuestra perspectiva solamente había cuatro nudistas europeos y el resto mexicanos que paseaban.
SHAMBHALA
El hotel Shambhala significa "Lugar de gran visión", esta enclavado en un acantilado de Zopolite, desde allí se puede apreciar el majestuoso mar.
En el atardecer las olas besan una y otra vez las rocas. En Shambhala hay un lugar para meditar, desde allí se pueden tomar fotografías esplendorosas.
El "Lugar de gran visión" es atendido por Gloria, una dama de basta cultura y una extraordinaria conversadora.
Recomendó instalarme en una habitación tipo monje, es decir una pequeña celda con pabellón especial para ahuyentar a los insectos, por la raquítica suma de 60 pesos diarios.
Lo más ingenioso es que en esa habitación se entra por la ventana, aunque hay una puerta que comunica a un pasillo, sin embargo: ¡todos los clientes entramos por la ventana muy amplia por cierto! (al pueblo que fueres, has casi todo lo que vieres).
La famosa ventana son dos hojas de madera, en una esculpido el sol y en la otra una luna, uno tiene que abrir y cerrar con candado.
Todo iba muy bien pero al abrir por otra ocasión la ventana fue como una alucinación: algo se movió muy veloz por una pared y desapareció.
No me enteré si era una araña patona o una iguana pero esa visión me aterrorizó, intentaba memorizar qué había visto, pero en eso un niño que me observaba colocó sus manos a mis costados y grito.
Creo que me puse pálido pero no hice ningún comentario, ¡caray! y esa era mi habitación.
Me cambié de ropa rápidamente, tal vez más veloz que la aparición a lo lejos se oía música hindú.
Gloria, es amante de la música africana, hindú y Jazz suave, pero muy claridosa: ¡aquí no se vende ni alcohol, ni drogas; si alguien lo desea hay muchos lugares allí abajo!
El Hotel es magnifico, uno sube escalinatas empedradas, aunque el último tramo es de tierra, por cierto cualquiera llega acalorado por el esfuerzo.
AMOR POR INTERNET
Karina Castillo Jiménez del periódico Síntesis de Puebla y su esposo el ingeniero Hugo Gustavo González Hernández, se hicieron mis amigos.
Se conocieron durante un año por internet, sin enviarse fotografías, hasta que finalmentse se vieron las caras y ahora llevan un año y seis meses de feliz matrimonio.
Y vaya que se aman, basta con observarlos para saber que se identifican plenamente. Acordamos pasear por la zona en la noche y ver alguna disco.
Hicimos el recorrido por la peatonal que a la luz del día son comercios pequeños y otros lugares donde hay música.
Tal vez porque los turistas europeos se estaban retirando del lugar, el caso es que la zona se veía desolada, en una disco, solo había una pareja bailando al compás de "Mesa que más aplauda", que por cierto en todo Oaxaca está de moda.
Regresamos a la playa, donde había mesas con quinqués, bebimos cerveza y a contar anécdotas periodísticas.
Las estrellas en el cielo brillaban intensamente y tuve que platicar la aparición de mi habitación y el temor de regresar a dormir.
Tanto Hugo como Karina explicaron que estaban en una habitación donde no podían levantarse tarde, casi a las siete de la mañana pegaba el sol en sus caras -reímos-.
Y también tenían bichos de diferentes tamaños, hasta colmenas con avispas, incluso hasta habían aniquilado una tarántula aunque Karina les temía a los salamanqueses.
El camino hacia el Hotel una vereda por tierra, estaba aluzado con fuero pequeño que emanaba de queroseno.
Cada quien a su habitación y cuando abrí la ventana, ¡Dios ahora si lo vi todo clarito! y me sucedió...me volví a asustar: eran murciélagos.
¿Y dónde consigo ajos en ese momento, a las 02:35 horas? temía que me chuparan la sangre.
EL AMANECER
Me desperté antes de las cinco de la mañana, me agradaba la idea de tomar fotos al amanecer, pero o no, ¡estaba nublado!
Al poco rato bajó una niña de la segunda planta del hotel en donde hay baños sanitarios y regaderas comunitarias.
- ¡Allá arriba hay algo!
- ¿Qué es mijita? -preguntó su madre la cocinera-.
- Es una culebra -dijo mientras reía-.
- ¿Te hizo algo?
- ¡No!, salió y se arrastró por eso me vine.
- Está bien, ya no se vaya para allá mija –recomendó la mamá-.
Un sonrisa mía nerviosa y a partir había que salir del lugar para tomar hacia Mazunte, el lugar de los lagartos.

Necesitan ayuda para salvar las tortugas marinas en Mazunte



















Oscar Treviño Jr.
Mazunte, Oaxaca en México.- Una leyenda narra que la luna y el sol escaparon de la destrucción huyendo cubiertos con el caparazón de una tortuga.
La luna hizo su recorrido a salvo dentro de la concha de este animalito milenario.
En los códices mayas, el sol se representa llevando el caparazón de una tortuga, la insignia de uno de los cuatro Becabs que están colocados en los puntos cardinales para sostener los cielos, es también una caparazón.
La tortuga en sus las culturas la representa de diferentes maneras.
Hoy en día está montado el museo vivo de quelonios denominado "Centro Mexicano de la Tortuga" en Mazunte, municipio de Santa María Tonameca, Oaxaca en medio del corredor turístico Huatulco-Puerto Escondido.
Desde 1990 el Gobierno Federal decretó la veda permanente de la tortuga para protegerla de la depredación del hombre que la comercializaba.
El comercio indiscriminado en las costas de Oaxaca en las que se habían formado pueblos casi acaba con las tortugas.
En el mundo existen ocho especies de tortugas marinas, tres de ellas cuentan con subespecies y en total once variedades.
De estás, 10 se distribuyen en aguas mexicanas y nueve se reproducen en nuestras playas por esa razón se ha denominado a México el país de las tortugas marinas.
Una de estas ocho especies: tortuga Lora anida en Rancho Nuevo, ubicado en Aldama, Tamaulipas.
Debido al peligro de extinción habilitarán a los pescadores para convertirlos en inspectores y proteger a las tortugas.
Se firmó un convenio de "Inspección y Vigilancia para protección de la tortuga Lora", en Aldama, Tamaulipas.
La firma del convenio se subscribió entre Luis Luenga Tamargo, Procurador Federal de Protección al Ambiente, Jorge Muñoz Villanueva presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas Pesqueras.
También firmó Enrique Lozano Garza, presidente del Consejo de Administración de la Federación Regional de Sociedad Cooperativas de la Industria Pesquera del Norte del Estado.
LA TORTUGA CONTRA LA LIBRE
En Mazunte la tortuga volvió a ganar la carrera como en esa fábula a la liebre, que culminó en los primeros meses de 1994.
Se abrió para el público "El Centro Mexicano de la Tortuga", que dirige el biólogo Cuauhtémoc Peñaflores Salazar.
Peñaflores Salazar fue uno de los preculsores con otros científicos de la creación de Rancho Nuevo, en Aldama, donde ahora está el santuario de las tortugas.
"Recuerdo que en aquéllos años, nos instalábamos en nuestro campamento a la orilla de la playa y allí comenzamos a trabajar en estas tortugas Lora", cuenta Peñaflores y abunda:
"De hecho yo era el responsable de una área de trabajo y antes de venir aquí a Mazunte se iba a formar otro campamento en Soto La Marina, porque ya había un alterno en la Barra del Tordo".
"En las costas de Tamaulipas, tienen un problema grave porque los barcos no llevaban excluidores que liberan a tortugas y delfines cuando caen en las redes".
- ¿No sé si ya regularon esa situación?
- ¡No, todavía continúa!
- Oh, lo lamento. "Me acuerdo que por 1978 se firmó un convenio binacional entre México y Estados Unidos para proteger la tortuga Lora".
SALVEMOS A LAS
TORTUGAS MARINAS
Es muy sencillo viajar a Mazunte, basta con tomar un "colectivo" en la ciudad de Pochutla y hacer un trayecto de una hora y 10 minutos aproximadamente.
"El colectivo" es una camioneta Pick-Up, cubierta con una lona para mitigar el sol, con asiento de madera -una tabla a lo largo- y que cobran 10 pesos, porque si uno va en taxi tendrá que pagar mínimo $150.00 en un tour.
Desde Huatulco a Pochutla son como 30 kilómetros de distancia que se puede viajar en un camión cuyo costo de 12 pesos.
"El colectivo" que baja y sube pasaje, pese a todo no es tan pesado el trayecto porque uno puede hablar con italianas, francesas, británicas y una joven hermosa de Guadalajara que al verme me preguntó: ¿where are you from? -tal vez porque tengo perfil egipcio-.
En pocos minutos todos estábamos hablando en español superentendible con los mismos habitantes de las diferentes zonas.
Los recorridos son el línea recta y luego, vuelta, vuelta, vuelta tras vuelta que el desayuno casi se me sale por las orejas de lo mareado.
Durante el trayecto a veces las naúseas se van por sí solas, solo de ver las paradisíacas y exóticas selvas.
En el "Centro Mexicano de la Tortuga" siempre tuve la sensación de estar caminando dentro de una tortuga porque consta de estanques, sala de acuarios, jardín botánico de cactáceas, sala de usos múltiples cafetería y tienda artesanías.
LAS TORTUGAS EN CAUTIVERIO
El biólogo señala que en el Pacífico sur habitan cuatro especies de tortugas marinas: golfina, laúd, prieta y carey.
”La golfina anida masivamente llegando en mayor número del país y una de las más importantes del mundo. El resto se comportan de manera diferente, sin llegar a arribar abundantemente, pero cuentan con un número importante de anidaciones, casi en mayor cantidad la laúd".
"Investigamos el estado de las poblaciones por medio de las evaluaciones de sus nidos, observamos el comportamiento en su reproducción y participamos en su conservaciáon en ténicas de protección", dice Peñaflores Salazar.
"El proyecto se desarrolla en el Océano Pacífico del estado de Oaxaca, en playas de La Escobilla, Barra de la Cruz y Morro Ayuta".
La Escobilla es conocida por los anuncios de televisión, cuando desovan estos quelonios y cuando después de un tiempo las crías corren rápido hacia el mar.
Dentro del Museo, los guías nos llevan por las diferentes especies en cautiverio, explican y responden a las preguntas.
El Centro alberga nueve especies de tortugas dulceacuícolas de las cuales cuatro se han reproducido.
En el caso de la tortuga jicotea se han obtenido excelentes resultados en la incubación de huevos.
Las tortugas son alimentadas a base de harina de pescado, vísceras de atún, calamar, harina de soya complementadas con minerales y vitaminas.
Churritos a base de harina de espinacas con harina de trigo y maíz. Para alimentar a las crías de laúd se ha probado con gelatinas a base de harina de pescado, espinaca y lechuga.
LA ESCOBILLA
Las especies de tortugas que anidan en la playa La Escobilla por su importancia son: Golfina, alcanzan hasta 900 mil anidaciones por año.
Laúd, en la playa se registran menos de 10 anidaciones por año; Prieta, anidaciones esporádicas anualmente.
Estas mismas especies en menores cantidades se pueden observar en las playas de Barra de la Cruz y Morro Ayuta.
El personal de SEMARNAT siempre está al pendiente de todo y participan con quienes tengan que ver en la vida silvestre.
Sólo basta pagar 15 pesos para ir al Centro Mexicano de la Tortuga que es miércoles a sábado de 10 a cuatro y media de la tarde, el domingo de 10 a 14:30 horas.
Los lunes y martes está cerrado por mantenimiento, los mexicanos de la tercera edad entran gratis, así como los discapacitados y menores de seis años de edad.
Junto al Centro, está enclava la playa San Agustinito en donde una vez de la visita se puede a tumbarse en las hamacas y comer mariscos.
EL FOSIL VIVIENTE
La tortuga tiene la mirada triste, tal parece que cometió una falta porque carga con su casa.
Es animal mágico, tolerante, lleno de fortaleza y partícipe de la longevidad del cosmos, es considerada como un fósil viviente porque surgió sobre la tierra hace trescientos millones de años.
La tortuga aparece en la mitología, en la magia y en la religión de muchos pueblos desde la más remota antigüedad, con una marcada coincidencia en la utilización de sus símbolos:
Se le asocia al agua y a la tierra; imagen de la pereza; símbolo de la lujuria; representación del silencio, del cosmos y del sueño; emblema del tiempo y de la inmovilidad.
En las fábulas, la tortuga se burla sabiamente de otros animales bajo el pretexto de su torpeza o por su aspecto pétreo que la asocia, casi invariablemente, al tiempo y movimiento.
De aquí está muy cerca "La Ventanilla", un paseo por manglares en canoas donde se aprecian lo cocodrilos en todos tamaños.
Sin embargo no pude ir por sufrir un "golpe de calor" del apenas me repongo.